El pasado fin de semana mas de 30 equinos fueron recuperados en la zona del cajon «Los Peuquenes», a raiz de eso y un poco molesto por la sitacion que le toco vivir, Mauricio lo relata asi:
Soy Mauricio, criancero del norte neuquino, junto con mi hermano Emerio somos la tercera generación de mi familia que se dedica a esta actividad productiva, veranamos en Cajon Peuquenes, departamento Minas a cuatro km del límite con Chile e invernamos en Aguada del León departamento Añelo, por supuesto no somos los únicos, nuestro apellido como otros tantos de la zona son representativos de esta vida trashumante que llevamos.
Este nuevo año nos encontró siendo parte de manera inesperada de una situación que es corriente en nuestra zona, en nuestro territorio y que casi todos y todas alguna vez fueron víctimas, el robo de toda nuestra caballada por cuatreros chilenos, personas que con sigilo, maldad y audacia nos quitan lo que más amamos, lo que nos cuesta, el trabajo de toda la vida. La noticia de iniciar el día y saberte abusado, saber que sos víctima de tamaño atropello a los derechos más básicos, produce sensaciones inimaginables para quien nunca lo han sufrido y conocidas para quienes sí.
Qué hacer cuando te domina la impotencia, la angustia, la bronca y el miedo? Cuando tu universo se pone cabeza abajo, cuando el desamparo te confunde y te agobia. Salís, porque descubrís y sentís lo que ya sabias, que estas solo, que las instituciones que deben cuidarte prevenir no están, es ahí cuando comprendes que te robaron lo que amas y es ahí cuando entendes que es a matar o morir, que si te quitan eso la vida no será la misma.
Fue así que cruzamos la frontera que divide los países, la frontera que existe entre la vida campesina que queremos y lo que debemos hacer para defenderla, seguimos los rastros y pudimos recuperar nuestros animales, con ayuda de otros iguales, que nos prestaron caballo, porque estábamos a pie y que nos dieron información. Hoy que volví y puedo reflexionar sobre lo ocurrido me queda claro el lugar que nos toca en una provincia que hace falta un buen contacto político para solucionar o resolver cualquier situación, en la provincia que es necesario desplegar influencias, donde la desigualdad se palpa a cada momento, como la palpamos nosotros, donde los que tienen más posibilidades de acceso se pueden salvar.
Recibimos el apoyo de un destacamento policial integrado por personas con compromiso y vocación, que llegaron al lugar como pudieron, arbitrando sus propios medios aunque tarde porque ya habíamos regresado con nuestros animales, pudieron enterarse de nuestra situación, estos efectivos hacen a la institución, son la carne y el hueso que la sostiene, estos efectivos no hicieron otra cosa que reafirmar por qué la Policía se creó en nuestra zona norte, con personas comprometidas con el lugar, porque la policía del Neuquén primero estuvo fuertemente vinculada a la ruralidad. Pero veo como estos actos son aprovechados por quienes ostentan el poder para nutrirse y apostar a su reproducción politica, y me preocupa que estas acciones sean las que también los sostienen y los catapultaran a otros cargos, pero estamos en esta provincia donde la clase política siempre son los héroes, enmarcados en sus capacidades únicas, sus estereotipados perfiles y sus decisiones políticas que salvaran el mundo, donde los poderosos mueven montañas y los que ponen el cuerpo son invisibles.
Estamos en la provincia donde los que trabajan como nosotros salen a la luz en la bandera del que esta de turno. Sabemos de esto porque hemos golpeado muchas puertas que no se nos abren, y en este caso hemos recibido respuestas institucionales cargadas de negligencia y desidia, una respuesta que te lleva a pensar cuál es su misión, sus objetivos y para que existe en este caso el grupo Pichi Neuquén, sin caballos y de puertas cerradas.
Porque algunas instituciones están tan lejos de generar un vínculo con la comunidad rural, de conocer el contexto, a su gente, su idiosincrasia y hacerlo parte de sus acciones. Tiemblan mis manos de solo pensar el riesgo que corrimos que puso en juego hasta nuestras vidas, y enardece mi sangre el eco de las frías palabras que si seguía a esos animales en Chile era bajo mi responsabilidad, o los comentarios haciendo referencia a que el “Paisa”, como nos llaman, había vendido los animales y denunciaba para cubrirse. Luego de mucho insistir me tomaron la denuncia y me pregunto: Es esta una acción justa? Así se defienden los derechos de un ciudadano argentino? Acaso es esta la mejor concepción de Patria y Soberanía?. Es necesario escalar niveles en el poder de decisión para que se haga lo que corresponde? Y los que no pueden hacerlo?.
Busco con este escrito dilucidar lo que pasa en nuestro territorio, sensibilizar, abrir el debate para posibilitar más igualdad, mas políticas certeras, más visión y misión institucional acorde al territorio, a las necesidades de aquí, a las circunstancias y situaciones que aquí acontecen, aunque no espero que parezca conveniente lo que escribo y a sabiendas de las consecuencias que me trae escribir sin tapujos y expresando las voces de los que no tienen voz. Lo escribo y lo sostengo y que se haga público.
MAURICIO PARADA
D.N.I: 21036078