José, Adrián y Eugenia viven en Las Ovejas y emprendieron una larga travesía al cerro Crestón en el área Epulauquen. Un lugar maravilloso y de difícil acceso.
Caminar el sendero de una naturaleza prodigiosa donde alguna vez Dios con todos sus lápices y herramientas, construyó y pintó uno de los paisajes más bellos del norte neuquino. Caminar entre lagunas y bosques milenarios y caminar las huellas de la historia de los Pincheira, es un privilegio que está al alcance de la mano y donde los que están dispuestos a vivir una aventura turística y recreativa deben llevar el corazón y los ojos bien abiertos para entrar a un verdadero mundo paradisiaco.
Así fueron, y llegaron al Área Natural Protegida Epulauquen, tres amigos con el deseo de compartir una travesía que se terminó convirtiendo en una increíble aventura en el marco del montañismo recreativo.
Todos llevaban en sus mochilas el deseo de conquistar la cumbre del indomable y virgen de presencia humana: el imponente Cerro Crestón, de 2475 metros sobre el nivel del mar. Este enorme paredón gris claro con varios picos como serruchos marca el límite con el vecino país de Chile.

Toda esa imponente geografía se conjuga sabiamente con el verde de las coníferas trepando hacia la Cordillera. Una de las integrantes de la “cordada de amigos” fue Eugenia de la Costa, reconocida montañista de Las Ovejas que el 25 de enero de 2022 alcanzó la cumbre del Aconcagua.
En contacto con LM Neuquén contó detalles de esta hazaña por este desconocido cerro del norte neuquino. “Sabíamos por datos de la zona, que aún nadie había conquistado su cumbre a excepción de José Muñoz quien una semana antes accedió y en esta ocasión asumió el rol de guía baqueano.
José es empleado municipal y se encuentra a cargo del área natural protegida Epulauquen”. Es así como a esto dos amigos se sumó el tercer integrante. Se trató de Adrián “Pela” Retamal, otro baqueano y avezado montañista de los pagos de Butalón Norte. Estos montañistas tras unir recursos y voluntades partieron, a la aventura en el Área Epulauquen, desde la localidad de Las Ovejas, distante a unos 40 kilómetros aproximadamente.
Una aventura con sabor a montaña
El grupo conformado por José Muñoz, Adrián Retamal y Eugenia De La Costa se propuso el desafío de combinar el senderismo con el montañismo, ya que luego de la Laguna Chaquira que se encuentra al pie del cerro Crestón y hasta la cumbre de este, no hay senderos y es donde comienza la gran travesía del montañismo propiamente dicho.
“Neuquén tiene lugares maravillosos, pero el norte neuquino propone unos atractivos naturales de privilegio que mantienen su belleza natural con sumo resguardo con el fin de proteger los bosques y sus senderos”, contó Eugenia. Agregó que “el recorrido visitado fue desde la Laguna Epulauquen superior, Laguna Negra, Laguna Pincheira, Laguna Chaquira, y desde allí a la cumbre del Cerro Crestón ubicado en el límite entre Argentina y Chile”.
El recorrido se realiza mayormente por sectores muy complicados que requieren destreza y conocimiento para sortearlos hasta llegar al lugar que se lo conoce como “La Puerta” desde donde comienza la verdadera aventura, ya que para lograr llegar a la cumbre hay que escalar impresionantes paredes verticales que requieren cuerdas y equipos de seguridad acordes a la exigencia.
“Es muy peligroso el ascenso desde la pre-cumbre a la cumbre, es escalar paredes verticales de rocas. Hay que ir si o si con elementos de seguridad. Hay que tener suma precaución porque desde “La Puerta” hasta el Crestón es escalar todo el tiempo paredes verticales”, relató Eugenia.

Eugenia De la Costa y Adrián Retamal en la laguna Chaquira del cerro Castrón.
Gentileza
Completó diciendo que “en el descenso fue lo mismo. Nosotros no pudimos bajar por el lugar que subimos, es muy peligroso. Lo que hicimos fue bajar hasta una laguna chilena que hay y desde ahí bajamos a la Laguna Chaquira pero desde el otro lado del Crestón. Subimos por el lado derecho y bajamos por el lado izquierdo del cerro. No nos quedó otra que pasar por el costado del monte. No hay senderos y por eso es montañismo puro. En total esta inolvidable aventura nos demandó unas 22 horas”. La montañista recalcó que las dificultades para llegar al cerro fueron premiadas por la belleza única y total que se aprecia desde la cumbre. “Ojalá pudieran ser tan fiel y real las imágenes a la realidad. Maravilloso lugar desde dónde se lo mire”, exclamó al mostrar las fotografías y el impresionante video filmado en las alturas.
Por su parte el baqueano y la primera persona en coronar la cumbre en el Crestón, José Muñoz, aún extasiado por la maravillosa experiencia vivida con sus amigos relató que “para mí la verdad mi primera vez solo no lo podía creer, fue un verdadero orgullo haberlo logrado en completa soledad. Después me puse muy contento también porque cumplieron igual objetivo mis amigos Adrián y Eugenia. Decir también que no es una tarea fácil ya que requiere de muchas horas de caminata, la mayoría por lugares totalmente inexplorados”.
FUENTE LMNeuquen