HUINGANCO Presentan “18 Puestos Neuquinos”

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Isidro Belver Historiador del Norte Neuquino señalo que junto al artista plástico cutralquense Carlos “Beto” Dupont presentarán en sociedad un libro titulado “Puestos Neuquinos, en el que se reflejan dieciocho obras de distintos puestos de lugareños acompañados con sus relatos.

Son 18 obras y cada una de ellas está acompañada de los relatos de Isidro Belver. “Por ejemplo está el boliche de Pedro, está por ejemplo los festejos de los paisanos, que juegan al truco, a los dados, están los cuentos de un lugarcito que se llama Ahilinco donde la policía quiso suspender un festejo”.

La presentación tendrá lugar el viernes 17 de diciembre a las 21 horas en Casa de la Historia de Cutral Co, la ex estación del ferrocarril sobre ruta 22.La entrada es libre y gratuita.

«LLEGAMOS AL PUESTO LAS BARDAS Todo está como era siempre, las bardas con los chivos, el viento en el puesto, y el perro que pregunta. Un criollo neuquino de los tantos «neuquenizados por el viento», {escrito antes que lo copypaste un político} junto a cantores, payadores, observadores y preguntadores, se refieren a estos paisajes como «la soledad del puesto»…

Pero soledad no es estar desprovisto de vida. Y acá está la vida que rebosa, retratada por la imaginación del que traza líneas y puntos precisos y de quien las interprete, a gusto: El paisano que sin apearse se pregunta: -«…

Pucha que necesita reparos esto!!!….

-¿cierto Casca? (Casca es Cascabel, abreviado por pesadez de las palabras demasiadas, ahorrando saliva con el habla justa y necesaria);

Casca inquiere pero ya está acostumbrado a ninguna respuesta porque todas son afirmativas. O no, según caiga la conversa. Las chivas, en tanto, siguen ajenas a la existencia del alambrado en su reino de la piedra y las bardas que en algún tiempo tuvieron esbozos de pasto verde.

-«Mire que ajenas!!!!, son propias!!. No le ve la seña?, martillo arriba izquierda paletilla derecha?….

» Y en el fondo, arriba, el rancho, la tapera que ya poco tapa, y el eterno «bañio» de puerta de bolsa flameante, como el plástico que se enredó en el palo como bandera de náufrago.

Pero el puesto sigue ahí, puesto, clavado, firme, Aunque la capucha de la chimenea tienda a querer dirse cayendo…

-«¡¡Ya la voy a enderezar uno de estos días, así deja de humear pa dentro».

¿Soledad?!?!….

¿Di ande???….

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