La quinceañera que eligió no bailar el vals para cabalgar en la Cordillera del Viento

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La joven cumplió 15 años y lo festejó vestida de gaucho en un paraje. Es una fiel exponente campera del norte neuquino.

La belleza de la vida consiste en disfrutar de lo simple. No importa el lugar sino quienes están. Se puede estar lejos de todo y ser feliz igual. Sin lujos. Solo ser feliz con lo que se ama y fiel a la esencia. Es lo que vivió Nicol Salazar, la joven que pudo celebrar su cumpleaños número 15 de una manera única e inolvidable. En plena Cordillera del Viento, a unos cuantos kilómetros de las nacientes del río Neuquén, con una cabalgata de unos cinco kilómetros y con invitados vestidos de gaucho fue la mejor postal del festejo del tradicional y original acontecimiento

Nicol es amante de las actividades de campo desde su tierna infancia. La trashumancia ya forma parte de su ser y la lleva tatuada en su sangre criancera que heredó de sus abuelos Honorato “Nato” Bravo y María Centeno. Ellos han sido prácticamente sus padres de crianza y fueron ellos los que le regalaron la fiesta en plena cordillera.

La historia del cumpleaños de esta pequeña arriera trashumante del norte neuquino se comenzó a escribir el sábado 26 de febrero desde por la tarde cuando desde punta de camino se le dio inicio a la cabalgata hasta el puesto de veranada ubicada camino a la zona de Los Cerrillos; en medio de la huella y a punto de llegar todos los invitados le cantaron el feliz cumpleaños a Nicol. Sus 15 años los había cumplido el día anterior.

Ana María Méndez, tía de la joven homenajeada por la familia contó a LM Neuquén contó que “Nicol deseaba festejar sus 15 años en la veranada de sus abuelos y quería un cumpleaños bien al estilo campero por eso pidió que sus invitados concurrieran todos vestidos de gaucho para la ocasión”.

“Decidió no bailar el vals pero sí hacer una cabalgata con todos sus invitados”. Contó además que los padres de su sobrina se llaman Ariel Salazar de Taquimilán y su mamá Sandra Bravo de Chos Malal. “Por esa cosas de la vida, Nicol cuando no está escolarizada pasa sus días con sus abuelos y los acompaña en todos los quehaceres del campo”, dijo la mujer.

Hay tradiciones familiares que se sostienen a partir del amor y del compromiso por el trabajo del campo y el esfuerzo de las nuevas generaciones. Nicol es una de ellas.

“La conozco de chiquita. Siempre anduvo en los arreos con su abuela para arriba y para abajo. Cuando no está en época de clases siempre está en la veranada. Es una campesina hasta los huesos”, sostuvo Ana María. Con respecto al cumpleaños dijo que “ella estaba feliz y creo que ese día le alegramos un poco su vida y la de sus abuelos ya que a pesar de la lejanía todos sus afectos estábamos para honrarla y bendecirla en este cumpleaños tan especial”.

La tía aseguró que su sobrina “no tiene problema en hacer de todo ya que prácticamente el campo lo lleva en la sangre. Hace la trashumancia de ida y de vuelta, cocina, ayuda en la marcación y en la señalada de los animales, ayuda a amamantar y a trasladar los chivos guachos y sabe armar un rial entre otras tantas cosas. Ella puede decir que con su corta edad ya está preparada y madura como para defenderse en la vida”.

Dijo que Nicol ansía terminar sus estudios para poder regalarle un título a su familia y en especial a sus abuelos que significan tanto en su vida. Estudia en Taquimilán donde vive con su padre y arranca el cursado de su segundo año.

El cumpleaños de 15 se realizó en el paraje rural conocido como Cajón Mallín Junquillo, ubicado a unos 43 kilómetros del pueblo de Manzano Amargo en plena Cordillera del Viento.

Un paraje que es un paraíso de la veranada

Hasta ese lugar llegaron los familiares de Nicol desde las localidades de Chos Malal, Taquimilán, Las Ovejas, Manzano Amargo y Pichi Neuquén.

Todos ellos se sumaron a los crianceros de las veranadas vecinas para festejarle de la manera más especial el cumpleaños a una Nicol que no cabía en su felicidad de poder ver que su sueño de cumpleaños se había hecho realidad

Tras la cabalgata de bienvenida, en el puesto de veranada se realizó el tradicional corte de la torta de cumpleaños donde la joven se tomó fotografías con cada uno de los presentes para atesorar para siempre este festejo familiar tan especial. Las fotos más especiales fueron con sus padres, con sus abuelos y con su bisabuela Detelinda Centeno.

En horas de la noche se tiraron a la parrilla costillares de ternero y disfrutaron de una amena cena de camaradería. “Fue un cumpleaños bien campero por eso es que no faltaron las cuecas, las rancheras y los corridos. Todo se hizo con iluminación y sonido de baterías de vehículo. Esto demuestra que aunque sea el último rincón neuquino, como son las veranadas, el querer es poder”, resumió la tía Ana Méndez

La historia de la joven Nicol pone de manifiesto que mientras exista un gaucho con espíritu neuquino y sentir nacional los usos y costumbres del norte neuquino están a resguardo y con la real posibilidad de que se perpetúen en los tiempos que vienen.

Un espíritu que pese a la nueva sociedad urbana no se perdió y convive con la nueva generación.

FUENTE LMNeuquen Por Fabián Cares

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